Muchas veces he pensado qué haría si pudiese volver en el tiempo. De vez en cuando he fantaseado con todas las muchas cosas que le hubiese dicho a tanta gente (buenas y malas), cosas que me callé, aventuras que dejé de lado o simplemente personas con las que no me debería haber involucrado. Sin embargo, y con el motivo de cumplir tres décadas, siento que definitivamente un viaje al pasado podría ser usado para algo mucho más constructivo. Como visitarme a mí misma y a tantas de mis amigas cuando teníamos veinte o un poco más y las dudas nos plagaban.
Como claramente aún no se inventa una máquina del tiempo (pero no dudo que pronto lo harán) sólo me queda decirles, a través de esto medio, todas las cosas que me gustaría que todas esas maravillosas chicas de veinte años y un poco más supieran.
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