Esta es la gran contradicción de nuestra era.
Este es el problema: buscamos el amor en cada esquina pero cuando lo encontramos nos damos cuenta de que para tenerlo tenemos que renunciar a ciertas cosas o hacer ajustes inesperados en nuestra vida. Puede que suene duro decirlo tan directamente, pero creo que en general lo que más cambia cuando comenzamos una nueva relación es nuestro nivel de independencia. No es que sea algo negativo, pero claramente parte del tiempo que pasabas haciendo tus cosas ahora será dedicado a construir una relación hermosa y llena de amor.
Todos tenemos formas diferentes de vivir, pero para aquellas personas que son tremendamente independientes y que necesitan momentos para pasarlos a solas o con sus propios amigos el amor puede ser un poco más difícil. El problema es que no tenemos muchas concepciones diferentes de lo que significa el amor y asumimos una sola visión, universal, de lo que debiese ser estar en pareja. Cuando eres demasiado independiente esto puede significar que navegar los límites y requerimientos del amor y tu nueva relación es difícil y confuso.
El problema mayor aparece cuando estás en una relación con alguien que no tiene los mismo niveles de independencia que tú. ¿Qué pasa cuando te niegas a estar todo el tiempo con tu pareja? ¿Acaso estás siendo una mala persona? La verdad es que no hay formas correctas o incorrectas de comportarse cuando hablamos de los tiempos y espacios a compartir, sólo hay diferencias en nuestras necesidades. Si estás con alguien que es menos independiente que tú, prepárate, porque el futuro no se ve muy bueno. La relación comienza a sufrir malos entendidos donde una de las dos partes se siente herida y dejada de lado. Ese es el problema de la independencia: que no importa lo increíble que sea la persona que tienes a tu lado, si tienen necesidades diferentes tendrán que decidir seguir caminos separados.
Ahora tenemos el segundo problema y es que el amor no es racional y la inteligencia sí. Tu corazón te incita a amar a alguien que sencillamente no es para ti, mientras que tu cerebro te muestra lo absurda que es la situación en la que te has metido. Esta extraña combinación hace que encontrar el amor te sea casi imposible. Porque el problema, es que como eres inteligente, pronto sabrás que esto no es para ti y no te importará tomar la decisión de dejar a la persona que tienes a tu lado sólo porque tu cerebro cree que es la mejor opción. Como eres independiente sabrás vivir el quiebre de forma sana y digna y nunca querrás volver atrás. El problema es que después de algunos años comienzas a notar que la historia se repite una y otra vez y tus esperanzas de encontrar a alguien con quien ser feliz se ven disminuidas.
Ser independiente e inteligente puede ser una buena mezcla, pero parece que a la hora de amar no ser tan racional es el camino directo al éxito. Pero bueno, así eres y así has vivido otra vida. No queda nada más que seguir esperando, porque al menos si el amor no está escrito en tu destino, te tienes a ti mismo y eso ya cubre casi todas tus necesidades.
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